En los Estados Unidos la mayoría de los golfistas guardan sus palos de golf durante el mes de noviembre y esperan con ansias que pase el invierno para poder desempolvarlos. El hecho que Augusta National vuelva a abrir sus puertas es el anuncio oficial que el invierno ya ha pasado y que el golf vuelve a renacer en el país.
A comienzos de cada mes de abril una tradición se repite. Una nueva edición del Masters se pone en marcha y todos sabemos que la temporada fuerte del golf dio comienzo. Miles de personas esperaban hoy a las 8 AM en la puerta del club para ser los primeros en ingresar, muchos de ellos lo harían por primera vez en sus vidas, con lo cual el nivel de ansiedad de esta gente es difícil de imaginar. Lo primero con lo que se topan los espectadores es con la increíble cancha de practica del Masters. Esta fue inaugurada en 2010 y solo se utiliza durante esta semana ya que los socios continúan usando el viejo driving range más cercano al club house. Cuando termina la practica la gente dobla a la derecha y empieza a acercarse a la cancha, pero antes se topa a mano derecha con el Pro Shop en donde la parada es obligada. La entrada se parece a la de un juego de Universal por el zigzag que hay que recorrer hasta poder entrar. Una vez hechas las compras, las propias y los encargos de los amigos, la recomendación es la de despachar todo por UPS que tiene una oficina al lado del shop, o bien volver al auto a dejar las bolsas. Otra opción es hacer las compras al final del día. Si uno sobrevivió a la tentación de entrar al shop, el camino lo deposita en la mitad del fairway del 1. Lo mejor es doblar a la izquierda y trepar hasta frente al house y desde allí observar el lugar. Todos sin excepción prefieren empezar por la vuelta por que es la parte de mayor belleza, y tienen razón. Se sorprenderán con lo que baja el 10, cuando llegan al tee del 12 quedan extasiados con “Golden Bell”, las azaleas del 13 son un espectáculo único, el green del 14 es para quedarse un rato a ver los putts más locos del Augusta y después 15/16 terminan de dejar sin aliento a los que lo ven por primera vez. Los últimos dos capítulos no son tan espectaculares, pero, así como impresiona la bajada del 10, ocurre lo mismo con la subida del 18.
Es tiempo ahora de parar a comer y aquí llega la siguiente sorpresa: el precio de la comida es ridículamente barato. Mi recomendación aquí es el sándwich de Egg Salad o el Masters Club. Una vez terminado este trámite es tiempo de encarar la ida y allí vale la pena perderse un rato en el green del 1, mi favorito en Augusta. El segundo golpe del 2, pararse detrás del tee del 4 y ver lo imposible de ese par 3, apreciar la dificultad del green del 5, la enorme bajada del 6 y ver en vivo el segundo golpe del 9 son cosas que hay que no hay que perder.
El día debe terminar yendo a darle una mirada a la cancha de par 3, que para muchos es de una belleza aun mayor que la de la cancha principal.
Nos vamos de Augusta habiendo sacado mil fotos, acuérdense que no se puede llevar teléfono, con las manos llenas de bolsas del Pro Shop y con imágenes en nuestra memoria que guardaremos para siempre.
Llego abril. El invierno oficialmente ha terminado. El sol vuelve a brillar. Todo esto indica que es el momento de disfrutar la semana que más esperamos. Es tiempo de Masters.