Hoy les traigo a reflexión la “Teoría del Gran Hombre” para que la tengan en cuenta a la hora de elegir a sus presidentes, dirigentes o gerentes generales en las organizaciones del mundo del golf. Dicha teoría procede del siglo XIX e indica que la historia se justifica en gran medida por el impacto de “grandes hombres”, qué gracias a su carisma personal, inteligencia, sabiduría o dotes de conducción, utilizaron su poder de tal manera que éste tuvo un impacto histórico decisivo.
La teoría se hizo popular en la década de 1840 por el autor escocés Thomas Carlyle. No obstante, en 1860, Herbert Spencer señaló que los llamados grandes hombres son, en realidad, productos de sus sociedades, y que las acciones de estos serían imposibles sin las condiciones sociales que los precedieron.
Es un debate interesante, seguramente no zanjado todavía, que igualmente nos permite reflexionar si dicha teoría es válida en nuestras instituciones del mundo del golf. Cuando uno ausculta la historia de los clubes de golf seguramente encuentra figuras dirigenciales que han sabido catapultar la gestión de la entidad de manera significativa.
Este vertiginoso siglo XXI obliga a liderazgos que más allá de las características señaladas y siempre necesarias en la conducción -carisma personal, inteligencia, sabiduría y dotes de conducción- hay que sumar otras más bien propias de estos tiempos a saber: capacidad de adaptación, habilidades en creatividad e innovación, empatía, pensamiento crítico, aceptación a una gestión más horizontal, etc..-
En muchas circunstancias la diferencia entre elegir un líder modernizado en sus formas de conducir puede resultar un agregado de valor muy importante para la gestión de nuestras organizaciones del mundo del golf.
Hablar de liderazgos clarividentes es hablar de personas que saben ubicarse en tiempo y espacio para conducir las organizaciones con una visión estratégica acertada. Son aquellos que ven el más allá y tienen claro que hay que hacer para sortear los problemas y avanzar exitosamente.
Es lo que Boris Johnson en su libro “El factor Churchill” nos plantea en homenaje al gran líder del siglo XX: el factor Churchill es que un solo hombre puede marcar toda la diferencia.
Les dejo la inquietud de esta pregunta: ¿Existe un nuevo perfil de dirigente para la conducción del mundo del golf en estos tiempos? ¿Existe el factor Churchill en nuestros clubes de golf?
Fuente: MiguelDonadio.com
