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EL DEPORTE COMO GRAN INDUSTRIA ECONÓMICA. LA EXPONENCIALIDAD INDETENIBLE. EL BOOM DEL GOLF.

EL DEPORTE COMO GRAN INDUSTRIA ECONÓMICA. LA EXPONENCIALIDAD INDETENIBLE. EL BOOM DEL GOLF.

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La sociedad mundial se ha deportivizado a niveles crecientes y parece que los negocios del mundo del deporte no alcanzan su techo económico. En todos los deportes estamos viviendo una ebullición negociadora y renegociadora.

Hay como una suerte de conquista global de cada una de las distintas audiencias por parte de los viejos actores y la entrada de otros nuevos fundamentalmente impulsados por los petrodólares de Oriente Medio.

Los negocios del mundo del deporte han evolucionado en forma exponencial a nivel de derechos televisivos, sponsorizaciones, venta de entradas, contratos de imagen, royalty de marcas, nuevos negocios, etc. Veamos algunos hechos.

El maestro Roberto De Vicenzo siempre contaba que cuando ganó el Open Británico en el Royal Liverpool de Hoylake en 1967 había ganado más dinero en las apuestas a su favor que el premio en dinero por su primer puesto que rondó los 5.800 dólares. El último ganador de ese torneo en 2023, Brian Harman, se alzó con un premio de 3 millones de dólares. Pasaron más de 50 años y la diferencia es sorprendente. Este es un buen ejemplo del exponencial crecimiento económico del deporte.

En el mundo de los automóviles podemos señalar que la Fórmula 1 recibe anualmente por acuerdos televisivos una suma cercana a los 1.000 millones de dólares mientras que sus colegas de la compañía NASCAR reciben por derechos de televisación alrededor de 820 millones de dólares. Y estos números en un espiral también ascendente.

Los negocios en el tenis tampoco se quedan por detrás de otros deportes y esa ebullición de la que hablábamos también se está avizorando entre las organizadoras de los torneos de las raquetas más importantes del mundo; ello en la inteligencia de aumentar la facturación.

Hasta ahora cada uno de los grandes eventos tenía su propia organización comercial. Veremos si se unen para aumentar la capacidad de negociación frente a las grandes marcas y las grandes cadenas de televisión. 

El tenis tiene alrededor de 1.000 millones de fanáticos; número por cierto nada desdeñable para los derechos televisivos y toda la gran industria que complementa a este deporte.

En este deporte Roger Federer una de sus múltiples figuras ha ganado 130 millones de dólares en premios, pero según estimaciones de FORBES ha alzando en patrocinios y negocios más de 1.100 millones de dólares; nada mal para una empresa que depende de un solo integrante.

Pasemos al fútbol, pero para no dar el ejemplo trillado de mejor negocio del mundo, que son los eventos mundiales que organiza la FIFA, posamos nuestra atención en un club de fútbol. Veamos.

El Manchester United de Inglaterra facturó 751 millones de euros en la temporada 2023; 47% por ingresos comerciales, 32% por derechos de televisión y 21% por entradas y productos en los días de partido. Para ver una comparación propia, el mismo club recibió por derechos de televisión en 2009 la suma de 114 millones de euros y en 2023 alcanzó los 242 millones de esa moneda. Y en materia de sponsors pasó de 76 millones de euros en 2009 a 351 millones de euros en 2023. ¿Si esto no es un crecimiento exponencial cuál sería?

La CONMEBOL, que es la Confederación Sudamericana de Fútbol, organiza la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, la Recopa y la Copa Libertadores Femenina cuyos ingresos en los últimos años impares fueron: en 2015 sumó 71.2 millones de dólares, en 2017 alcanzó la cifra de 135.5. millones de dólares, en 2019 fueron 211.1 millones de dólares, en 2021 sumaron 231.3 millones de dólares y en 2023 el récord de 294 millones de dólares. El crecimiento es asombroso en este rubro geográfico del deporte rey.

Otro gran ejemplo del aumento exponencial de las empresas del mundo deportivo lo vemos en el caso de la franquicia de básquet de la NBA de los GOLDEN STATE WARRIORS estaría valuada en 7.000 millones de dólares. Y para tener una referencia de la exponencialidad en 2010 sus accionistas mayoritarios pagaron apenas 450 millones de dólares. ¿Ha sido o no buen negocio el deporte en los últimos años?

Estos ejemplos son para dar crédito también a nuestro deporte, que también está en ebullición con la aparición del LIV GOLF, apalancado por las nuevas visiones estratégicas del mundo árabe y sus petrodólares. La adquisición para esa liga de Jon Rham a cambio de unos 500 millones de dólares, entre una cosa y otra, ha sido un impacto muy fuerte para el mundo del golf. La escalada de premios y contrataciones parece no tener fin.

Y como noticia de último momento el PGA TOUR alcanzó un acuerdo con el grupo STRATEGIC SPORTS GROUP (SSG), para que inyecten hasta 3.000 millones de dólares en el circuito de golf profesional de EEUU a través del PGA Tour Enterprises, una nueva empresa comercial bajo control del PGA en la que los propios jugadores tendrán participaciones en la compañía.

Y detrás de estos acuerdos, pero con la misma estrategia global que en otros deportes se está siguiendo parece que existe también un acuerdo marco en el PGA TOUR, DP WORLD TOUR y EL PIF (Public Investment Fund of The Kingdom of Saudi Arabia) para definir las bases comerciales de los circuitos de golf profesional más importantes del mundo.

Además, y como al pasar Titliest en 2022 facturó 678 millones de dólares sólo en venta de pelotas de golf.  Y TOP GOLF ya tiene unos 92 complejos de golf fun, la mayoría en EEUU pero ya siguiendo también una estrategia de inserción global en Europa y Asia principalmente.

A modo de conclusión podemos señalar que este siglo XXI ha hecho explotar los números del mundo del deporte de manera exponencial y sólo ha pasado menos de un cuarto de este nuevo siglo (2000-2025).

¿Qué dirán los expertos en coolhunting respecto del crecimiento del deporte en general y del golf en particular para el segundo cuarto del siglo XXI, o sea para el período 2025-2050?

¿Y los lectores que opinan? 

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