Desde esta columna de opinión tratamos de generar siempre algún tipo de polémica para llevar reflexión a los actuales tomadores de decisiones en el mundo del golf.
Hace tiempo que distinguimos el golf disruptivo del golf tradicional en la inteligencia de creerlos complementarios.
Y estas cuestiones importan para las nuevas visiones que deberán pensar y/o planificar los propios clubes de golf.
La tecnología ha generado un nuevo golf en ambientes cerrados, en canchas de realidad aumentada y en muchos juegos de tipo virtual; todo lo cual ha impactado en el golf tradicional.
En ese orden de ideas el mundo en general y el golf en particular están siendo arrasados por la gran revolución tecnológica que obviamente ha influido en nuevos comportamientos sociales transversales a todas las generaciones y concebido una nueva generación de personas con gustos muy distintos a las anteriores.
En algunos otros comentarios editoriales nos preguntamos si un TOP GOLF construido frente a un club tradicional en estos días tendría luego de diez o quince años mayor éxito que las estructuras vinculadas al golf que estamos acostumbrados a conocer.
¿Es posible que el recambio generacional más tecnologizado requerirá una infraestructura de golf distinta a la actual? ¿Las nuevas generaciones querrán un club inundado de tecnología golfística o el golf tradicional seguirá conquistando sus gustos?
Los clubes tradicionales están hoy día en una encrucijada: si siguen igual con la oferta de golf tradicional o apuestan a un cambio de golf disruptivo. Son preguntas para reflexionar.
¿Y si el público objetivo se vuelca totalmente a un golf más tecnologizado que haremos con las estructuras disponibles para golf tradicional? ¿Y si las nuevas generaciones quieren más e-sports de golf, más canchas virtuales, más torneos con realidad aumentada, etc.? ¿Y si el factor tiempo toma mayor relieve y se vuelve un valladar para hacer crecer el golf en el futuro?
Los cambios del siglo XXI conllevan una velocidad impresionante y las cosas se vuelven “viejas”, “deusadas” o fuera de moda producto de esta nueva sociedad líquida que vive la vida en forma vertiginosa y siempre está subiéndose a la ola de lo cambiante. ¿O no pasamos en nada de tiempo del 2.0 al 3.0 y al 4.0, etc.?
¿Qué harán los clubes de golf tradicionales? ¿Qué futuro tendrán las estructuras de golf como las conocimos desde tiempo inmemorial?
Creo que apostar a una nueva infraestructura tecnologizada los pondrá en la vanguardia y lograrán sobrevivir a los nuevos tiempos, a los nuevos comportamientos sociales y a las nuevas generaciones.
Caso contrario los escenarios de futuro serán de alto riesgo para lograr una sobrevida organizacional. Hoy día planificar un cambio sustancial en las zonas de prácticas que acompasen los nuevos tiempos puede resultar un gran acierto para lograr nuevos adeptos.
Un driving range con gateras outdoors and indoors con tecnología de primer nivel para mejorar el juego, oferta de juegos virtuales para amenizar los tiempos de ocio de los socios e invitados, darle más vida social a los lugares de práctica con bares, bebidas y música pueden alentar un nuevo ecosistema dentro de un club tradicional que genere un éxito de cara al futuro.
Y obviamente una nueva oferta vinculada a la enseñanza del golf que acompañe también todos los impactos tecnológicos que tienen vigencia hoy día y que tanto incentivan a los viejos golfistas y obviamente a los nuevos. El perfil del nuevo profesor de golf es también un factor clave para hacer crecer el golf. Hay que tener bien claro cuales son los talentos y habilidades que deben tener los profesores de golf de este nuevo siglo XXI.
En síntesis, creemos que darle un baño de tecnología a nuestros clubes tradicionales, reperfilar las formas en que impartimos clases de golf, armar un nuevo ecosistema en nuestras zonas de prácticas mucho más atractivo pueden resultar un norte que agrade a nuestros socios y a los nuevos interesados en introducirse en el maravilloso mundo del golf.
¿Qué ideas se les ocurren para modernizar un club de golf de cara al futuro?