Chile es uno de los pocos países de Sudamérica que ha puesto su meta hacia el desarrollo económico y en las últimas décadas ha tenido un crecimiento sostenido que lo destaca por lejos entre sus vecinos regionales; ello más allá de los avatares lógicos que sufren los países ya con un grado de organización económica destacable.
El país trasandino tiene alrededor de veinte millones de habitantes y alrededor de 20.000 jugadores de golf matriculados, o sea que el índice de penetración es todavía bajo en comparación con otros países desarrollados que han podido impulsar el golf de manera extraordinaria.
Suecia con diez millones de habitantes tiene un 5% de jugadores de golf matriculados, o sean alrededor de 500.000 golfistas y en el período 2019-2021 logró hacer crecer la cantidad de jugadores en más de 50.000, logrando todo un récord en crecimiento a nivel mundial.
En esta suerte de análisis comparativo, tanto Suecia como Chile, tienen algunas similitudes y creo que el país trasandino se caracteriza por tener una enorme potencialidad para mejorar sus guarismos y hacer crecer el golf de manera más explosiva.
Su trabajo viene siendo muy elogiable siendo que en el período 2017-2021 logró sumar más de 3.000 nuevos golfistas matriculados y sobrepasar la línea de los 20.000. En esto hay que destacar el loable esfuerzo que viene haciendo la Federación Chilena de Golf que viene desarrollando variados programas de inducción para promover el golf en distintas franjas etarias.
El máximo órgano rector del golf de Chile fue fundado en el año 1948 y tiene un antecedente institucional que data de 1932 cuando se constituyó la Federación de Golf de Chile, a la que terminó suplantando a la hora de dirigir la organización nacional del golf en todas sus facetas.
Todos estos años ha venido cumpliendo su misión con gran categoría, pero los últimos tiempos se ha caracterizado por tener una visión más intensa a la hora de promover el fomento del golf en toda su geografía. Si bien organiza la mayoría de los grandes eventos de golf del país últimamente ha impulsado un plan de crecimiento muy interesante con variados formatos.
Su programa para iniciados que consta de varias clases de inducción para nuevos golfistas ha resultado muy exitoso sumando otros proyectos para atraer nuevos jugadores que incluyen a niños y juveniles han resultados ideas muy fructíferas para hacer crecer el golf.
El trabajo de la Federación Chilena de Golf tiene sus mejores exponentes en las figuras de Joaquín Niemann, ganador en el PGA Tour del Green brier Classic en 2019 y del Génesis Invitational en 2022 y en Mito Pereira que obtuvo el tercer lugar en el PGA Championship del año 2022, que estuvo a punto de ganar si no fuera por un doble bogey en el último hoyo de ese torneo. Dos figuras relevantes cuyo impacto deportivo ha resultado un imán para que nuevas personas se sumen al golf en ese país.
En Chile hoy día existen más de 60 campos de golf, 50 de los cuales pertenecen a clubes afiliados a la Federación Chilena de Golf. Muchos de esas canchas de golf son sede de torneos de golf internacionales que son orgullo por su alto nivel organizacional.
La Federación Chilena incentiva la competencia a lo largo y ancho del país con la organización de distintos tipos de campeonatos entre los que se destacan los campeonatos nacionales, los campeonatos inter escolares, los campeonatos interclubes, etc., todo lo cual impulsa no solo el crecimiento del golf sino el nivel y la calidad de sus jugadores.
Chile es un país que a través de la Federación Chilena de Golf está teniendo una visión estratégica ejemplar, que está cumpliendo su misión de promover el golf de manera inteligente y que tiene un enorme potencial para lograr llegar a los primeros 50.000 jugadores de golf en los próximos tres/cinco años si se lo propone con mayor intensidad organizacional.