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50 Años – The Players Championship

50 Años – The Players Championship

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Eran los primeros años de la década del 70′ y al comisionado Deane Beaman le desvelaba la idea de no tener un torneo propio. Al ser los cuatro majors propiedad de Augusta, USGA, R&A y PGA of América, el joven PGA Tour no tenía un torneo que lo identificara. Si, tenían todos los torneos del año, pero Beaman quería algo especial. Así empezó a gestarse The Players.

La idea inicial era la de llevar el torneo a diferentes lugares de Estados Unidos y aquella primera edición se disputó en el Atlanta Athletic Club en 1974 bajo el nombre Tournament Players Championship, siendo Jack Nicklaus el primer ganador. Al Geiberger ganó al año siguiente en Colonial CC y en 1976 Jack Nicklaus se transformó en el primero en ganar dos veces el torneo al quedarse con el título en Inverrary. Con las oficinas del tour ya instaladas en Ponte Vedra Beach, pareció una buena idea jugar el torneo en “casa” y la cancha de Sawgarss CC fue la elegida. Tal fue el éxito del torneo en ese lugar que Beaman intentó comprar la cancha, pero los dueños del lugar se negaron a venderla. Beaman sabía que el lugar para el torneo era Ponte Vedra Beach y también supo casi de inmediato que el torneo debía tener una sede propia. Así nació el concepto de las canchas estadio y la marca TPC cobró vida.

El TPC Sawgrass abrió sus puertas en 1980 y no fue sino hasta la edición de 1982 que la cancha recibió su primer Players Championship. Jerry Pate fue el ganador con 280 golpes y al finalizar se tiró de cabeza al lago del 18, no sin antes tirar al agua al comisionado Beaman y a Pete Dye, diseñador de la cancha. El trazado era diabólico y con características que jamás se habían visto en una cancha de golf. Los greens tenían un movimiento extremo, y algunos recuerdan el viejo green del 8 que fue uno de los primeros en ser modificado luego que los jugadores se quejaron por la severidad de sus lomas. El correr de los años hizo que la cancha fuera madurando, los jugadores se acostumbraron a ella, los nuevos TPC que aparecieron en diferentes sitios de Estados Unidos, y que el tour empezó a utilizar como en el caso de Hartford y Boston, también ayudó a que los jugadores empezaran a ver a ese tipo de cancha como algo más “normal”.

Es quizás la cancha más “democrática” que existe en el mundo del golf profesional. Con esto me refiero a que en el TPC Sawgrass puede ganar cualquiera sin importar si pega largo (Tiger, McIlroy o Price) o corto (Funk, Peete, Janzen), derecho (Kuchar, Choi) o torcido (Mickelson, Day). No es una cancha que beneficie algún tipo en particular de juego, sino más bien premia al que mejor piensa esta semana. La lista de ganadores es tan diversa que cuando la lean entenderán bien de lo que les hablo. Es por esto que acertar el ganador en el Players es casi imposible. Han ganado jugadores que llegaron como número 1 del mundo (Tiger, Scheffler, Duval) o nombres con pocos pergaminos como Craig Perks o Tim Clark.

Lo que sí generalmente tenemos son finales extraordinarios. Uno de ellos fue cuando Rickie Fowler término 5 bajo par los últimos 4 hoyos para luego ganar en play off sobre Kisner y García, o cuando el neozelandés Perks embocó dos veces de afuera en los últimos 3 capítulos para lograr el único título de su carrera. Nadie duda que el cierre del TPC Sawgrass es uno de los mejores del tour y los 3 hoyos finales nos traen infinitas alternativas. Los ojos de todos están puestos en el 17, el par 3 más fotografiado del mundo junto al 12 de Augusta, pero el desafío que le presenta a los jugadores el par 5 del 16 es también fabuloso. El hoyo dobla a la izquierda desde el tee y después a la derecha para el segundo golpe. Es corto para lo que pegan estos jugadores, pero el agua aparece por la derecha del green y complica la mente del jugador. Casi no hay escape por la izquierda y si se quiere jugar a corta el segundo golpe habrá que tener mucho cuidado de no acercarse mucho al green por que un gran árbol bloquea la entrada. El green es de los más difíciles de leer en la cancha, sobre todo cuando la bandera está al fondo y por la izquierda. No mucho para analizar del 17 que con sus 137 yardas plantea un desafío único: hay que olvidarse del agua y no dejar que esta te intimide. Sería imposible fallar el green si en lugar de agua hubiera arena alrededor del green, (esa era la idea inicial hasta que la mujer de Dye le sugirió que fuera agua), pero cuando el jugador se para en el tee el domingo con el torneo por definirse, la mente empieza a nublarse, las dudas aparecen, la bandera a la derecha es una gran tentación, las historias están en las cabezas de todos y los errores aparecen. El medio del green es la mejor opción siempre, pero ya sabemos que no siempre el jugador elige la mejor opción. El hoyo final ha quedado corto para los tiempos que corren, pero igual presenta desafíos para el jugador. Si no se usa el driver desde el tee el segundo golpe será largo, pero si se opta por el driver, el fairway se achica y mucho. Para el que no domina el draw el hoyo puede ser una pesadilla. El agua corre pegada por la izquierda en todo el hoyo y las pendientes del green juegan un papel importante según dónde esté puesta la bandera.

Scottie Scheffler llega entonado por su victoria en Bay Hill y es el defensor del título. Si emboca como la semana pasada será fácil acertar el ganador del Players, pero recordemos algo: nadie en 50 años ha podido defender el título en este torneo. Llegó la primera gran cita del año y el Stadium Course en TPC Sawgrass espera a los mejores. A disfrutar de la edición 50º de un gran torneo.

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