Al igual que yo, seguramente muchos se sorprenderán cuando se enteren que la sede de la Presidents Cup de este año es el primer club de golf fundado en Norteamérica. Todos habríamos tendido a pensar que este estaría ubicado en Estados Unidos, pero no. Sucedió en Montreal en 1873.
Un grupo de 8 caballeros que le pegaban a unas pelotas de gutta-percha en Fletcher’s Field en el centro de Montreal decidieron fundar el club y un escoces llamado Alexander Dennistoun fue designado como el primer capitán del club. También se sorprenderán cuando lean que la primera dama admitida como socia en un club de golf de Norteamérica también fue aquí. La señora William Wallace Watson recibió la calidad de socia en 1891. Entre su fundación en 1873 y el ingreso de la primera dama el club fue honrado por la Reina Victoria con el título de “Royal”, siendo también el primero en recibir esa distinción fuera del Reino Unido. Hoy son 66 los clubes que llevan el título de Royal, pero este de Montreal fue el primero. Por último, este club fue el primero en participar de una competencia interclubes cuando sólo 3 años después de fundado disputaron un match frente a Royal Quebec.
El club tuvo dos sedes previas a la actual en donde se instalaron en 1896 y desde sus comienzos ha sido sede de los campeonatos más importantes de Canadá. Un total de 10 Abiertos de Canadá se han disputado aquí, siendo esta la segunda vez que recibe la Presidents Cup. El público canadiense es fanático de todos los deportes y cuando en 2007 Tiger Woods llego aquí junto al team de Estados Unidos el lugar explotó de gente. Los capitanes de aquella vez, Nicklaus y Player, le dieron el gusto a la gente y dejaron para el match final a Tiger contra el local Mike Weir. Si no se hubieran jugado los 11 matches restantes probablemente a nadie le hubiera importado porque todo el público se volcó al grupo final. Para locura del público Weir venció a Tiger en el 18 cuando Woods terminó en el agua de la izquierda con su golpe de salida. Fue triunfo de Estados Unidos aquella vez, pero todos se fueron contentos de ver como su ídolo derrotaba al mejor del mundo.
La cancha tal cual hoy la vemos es un diseño de Dick Wilson y data de 1957. Un clásico diseño, con hoyos que doblan para ambos lados, greens pequeños en su mayoría, con buenos movimientos que hacen parecer que hay varios mini greens dentro de cada uno de ellos. Fairways un poco más anchos que lo que vemos en los majors, pero con un rough que va a poner en problemas a quienes lo visiten. La cancha es de grandes dimensiones y esto hace que las sogas que delimitan los hoyos están bastante alejadas de los fairways. Es por esto que para que un jugador falle un golpe de salida y quede por dónde camina el público deberá pegar un golpe malísimo, algo que ocurre en raras ocasiones. Con esto quiero decir que el rough más tupido entrará en juego muchas veces, penalizando a quienes fallen los fairways. La única ventaja que tendrán los jugadores es que los greens están blandos y que la lluvia que se espera para el miércoles a la noche los dejará todavía más receptivos. Ojalá el pronóstico falle.
El agua recién aparece en los segundos nueve hoyos y lo hace en los últimos 5 capítulos del regreso dándole todavía más dramatismo al final. Los greens merecen un capítulo aparte porque a pesar de ser bastante chicos en su mayoría tienen muy buen movimiento. Estar en el lugar equivocado del green hará difícil de arrimar el primer putt.
En resumen, una muy buena cancha, con muchísima historia y que se me ocurre debe ser muy difícil con los greens firmes cuando toca jugar medal play. Si no me creen pregúntenle a Tiger Woods. Aquí falló su primer corte como profesional cuando disputó el Canadian Open de 1997.