Al final de la primera jornada del Genesis Invitational que se disputa en el fantástico campo del Riviera Country Club, el único tema del que se hablaba es del increíble final de Tiger Woods, que con tres birdies en el 16, 17 y 18 firmó una tarjeta de 69 (-2), en lo que fue su regreso a la actividad oficial desde que jugó el 150 The Open Championship, en julio del año pasado.
Ni siquiera las magníficas rondas de Max Homa y Keith Mitchell, que los dejaron en lo más alto del tablero, con 64 (-7), ni una nueva gran ronda de Jon Rahm que lo deja a tiro de pelear por su tercera victoria de la temporada.
El ganador de 82 torneos del PGA TOUR y mejor jugador de la historia volvió y sorprendió a todos con su rendimiento. Se dudaba de su estado físico y más allá de algunas señales que entregó a lo largo de la ronda, se lo vio muy sólido con su swing.
Tiger abrió con birdie al 1, luego subió el 4 para bajar el 8 después de un gran tiro. Los bogeys al 10 y al 12 no lo frenaron y al final de su ronda mostró lo mejor de su juego. Con buena distancia desde el tee, preciso con los hierros y embocando buenos putts se fue con tres birdies en el final y una gran ovación, más las felicitaciones de sus compañeros de juego, Rory McIlroy y Justin Thomas, quienes estaban felices por su colega y amigo.
“Fue una gran ronda, me sentí bien, y me ayudó jugar con dos grandes jugadores y amigos, eso me potenció”, dijo Tiger.