El regreso de Tiger Woods a la competencia fue sorprendentemente positiva. Después poco menos de un año de su participación en el 150 The Open en St. Andrews eran muchas las dudas que había sobre el estado de su juego y sobre todo de su físico.

Lo demostrado a lo largo de la semana en The Genesis Invitational da para ilusionarse de cara a lo que viene. Tiger finalizó en el puesto 45, con un total de 283 golpes (-1) y rondas de 69-74-68-73, cuando pocos esperaban que superara el corte clasificatorio.

Sus números de la semana muestran que hizo 13 birdies, un águila y 14 bogeys en 72 hoyos. Tuvo un 50% de precisión con sus salidas. Su promedio de distancia con el driver fue de 306,6 yardas y su drive más largo fue de 364 yardas.

Acertó 42 de 72 greens en regulación, lo que lo dejó en el top-25 de la semana, pero deberá trabajar en el juego corto, ya que se salvó 18 de 30 oportunidades, solo el 60%. Su promedio de putts por ronda fue de 27, 25, lo que lo ubica dentro de los mejores 30 de la semana.

Una vez firmó su tarjeta final, fue abordado por la prensa local, dejando una sentencia para su futuro inmediato: “Mi objetivo para todos y cada uno de los años a partir de ahora será jugar todos los majors”.

El campeón de 15 majors no confirmó si jugará algún torneo previo al Masters: “Por ahora no lo sé. Debo darle el tiempo de recuperación adecuado a mi cuerpo después de una semana agitada como esta”.

La primera impresión fue muy positiva e invita a ilusionarse con verlo más tiempo en las canchas de golf .