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Puesto 54 para ‘Nico’ Echavarría en el U.S. Open; triunfo de Bryson DeChambeau

Puesto 54 para ‘Nico’ Echavarría en el U.S. Open; triunfo de Bryson DeChambeau

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El tercer ‘major’ de la temporada, el Abierto de los Estados Unidos, concluyó este domingo con una ronda destacada de Nicolás Echavarría, en un golpe sobre par, mismo ‘score’ de quien se coronaría por segunda vez al final del día, el local Bryson DeChambeau.

’Nico’ estrenó su tarjeta con un ‘bogey’, acercando los fantasmas de la tarde anterior, pero respondió con total aplomo y llegó a números rojos con ‘birdies’ al 8 y el 11. Mantuvo su plan de juego hasta el final, donde se encontró con dos ‘bogeys’, 16 y 17, para cerrar el día con 71 impactos (+1) y la semana con +9, ocupando el puesto 54 en solitario.

Un desenlace realmente positivo para el antioqueño, que este martes será anunciado oficialmente como uno de los 60 elegidos para disputar el torneo de los Juegos Olímpicos París 2024.

También un golpe sobre par fue el registro del estadounidense Bryson DeChambeau, un número apenas anecdótico, tras el cual queda una montaña rusa de emociones que se vivió en el cierre número 124 de un Abierto de los Estados Unidos.

El capitán del Crushers GC se convertiría en el segundo jugador activo de LIV Golf en ganar alguno de los cuatro grandes —precedido por Brooks Koepka en el PGA Championship 2023—, pero lo haría de la manera difícil.

Los tres golpes de ventaja con los que terminó el sábado se redujeron a dos antes de llegar al primer ‘tee’, pues un grupo adelante, Rory McIlroy daba el primer paso con ‘birdie’. Vendría un error del texano, en el hoyo 4, y la distancia disminuía a un golpe. El norirlandés anotó ‘bogey’ en el 5 y ‘birdie’ en el 9.

El jugador europeo selló un ‘birdie’ en el hoyo 10 y alcanzó un empate que duraría poco, pues el norteamericano respondía con la misma moneda.

El liderato cambió de manos en el 12, par-4, donde Rory pegó tres golpes y Bryson, cinco. El nuevo líder hiló otro ‘birdie’ y llegó a ponerse a dos golpes, poniéndose a punto de romper con una sequía de una década sin ganar uno de los cuatro ‘majors’, mientras su perseguidor no encontraba la brújula de sus golpes largos.

El campeón de 2020 apagó el incendio restándole un golpe al hoyo 13. El número 3 del mundo erró un ‘putt’ muy corto en el 15 y metió un ‘bogey’ que lo cargó de nervios. El jugador local no pudo aprovechar, el ‘putter’ le falló y también sumó un ‘bogey’ allí, para mantenerse escolta en el ‘leaderboard’ y en la cancha.

Tal vez sin haber procesado el cierre del hoyo anterior, en el 16, McIlroy llegó cómodamente al ‘green’ de dos golpes, estuvo cerca de lograron ‘birdie’, la bola jugó caprichosamente con el borde del hoyo para evitar un par y finalmente terminó en ‘bogey’. La diferencia se evaporó a dos del final.

Ya en el 18, Rory salió por la izquierda, escapó del ‘rough’ y se acomodó en el ‘fairway’, desde allí sacó a relucir su ‘wedge’ y dejó la bola a menos de medio metro, para par, pero su bola, nuevamente caprichosa, hizo un nuevo ‘lip out’, costándole un ‘bogey’ final. A entregar tarjeta y esperar.

En el grupo final, Bryson también salió del ‘tee’ hacia la izquierda, y quedó en una de las posiciones más indeseables en un último hoyo de un ‘major’: entre los yuyos, con la raíz de un árbol rodeando la bola, y las ramas, sobre su cabeza, impidiendo un ’swing’ cómodo. De allí, de alguna manera, salió hacia el centro del búnker que custodia la entrada al ‘green’ 18 del campo número 2 de Pinehurst, un punto con visión limitada de la bandera. Un ‘approach’ decisivo, que aterrizaría y se frenaría a poco más de un metro del hoyo.

Con cantos patrióticos haciendo eco en las tribunas, Bryson ocultó el nerviosismo tras sus puños de acero, y pegó firme, rumbo a la pared posterior de la copa, antes de celebrar su hazaña con el puño en alto y ante la ovación del público de Carolina del Norte.

“Antes que nada quiero decir feliz día del padre, a todos los padres, infortunadamente mi papá murió un par de años atrás y esto es para él”, fueron las primeras palabras del flamante campeón, aún en el ‘green’ del 18.

También dedicó su victoria a Payne Stewart y se dirigió a la gente en las tribunas: “No puedo agradecerles lo suficiente por todo su apoyo esta semana, son los mejores aficionados del mundo, realmente me alimentaron de energía para lograrlo”.

Luego de convertirse en el jugador número 23 en ganar múltiples Abiertos de los Estados Unidos, se refirió a la salida del búnker en el hoyo final: Sabía que Rory venía jugando muy bien y que se le escaparon un par de ‘putts’, pero me mantuve concentrado en mi juego, salí de mis problemas muy bien, ese sube y baja en el último hoyo fue quizás el mejor golpe de mi carrera, pegué, cerré los ojos y esperé que quedara cerca. Creo que es el momento más destacado de mi vida, todavía no lo puedo creer”.

Gregory Bodine, el coequipero de DeChambeau, recibió un nuevo reconocimiento al ‘caddie’ campeón, mientras que Neal Shipley ganó la medalla al mejor aficionado, logro que ya había desbloqueado en el Masters de Augusta 2024.

Fuente: FedeGolf

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