Foto: USGA/Chris Keane

La primera versión que vi fue la remake que protagonizaron Kris Kristofferson y Barbra Streisand, pero hace poco hubo una nueva versión con Lady Gaga y Bradley Cooper. La película es conocida por todos en donde la que no era famosa termina siendo más que su pareja. En Hollywood puede pasar cualquier cosa y a veces la realidad imita o supera la fantasía. Wyndham Clark no es un jugador consagrado, o por lo menos no lo era hasta hoy. Una victoria en el Wells Fargo hace poco más de un mes lo había puesto en el radar, y hoy se convirtió en el campeón del US Open derrotando a McIlroy, Fowler, Scheffler, Johnson, Smith y Schauffele para nombrar solo a algunos.

Nunca es fácil ganar, ni aún cuando llevas tres de ventaja faltando 4 hoyos. Cerrar en golf es complicado y Clark lo experimentó en carne propia. Creo que ganó el campeonato entre el 8 y el 11. Allí pudo haber dejado todo, pero salvó un gran bogey en el 8 y dos sensacionales pares en el 9 y 11. A partir de allí jugó tres hoyos perfectos y el birdie del 14 lo dejó con una clara ventaja, pero los juegos de la mente de un golfista pueden ser fatales. No se salvó en el corto hoyo 15 desde el borde del green, falló el golpe de salida del 16 y apareció otro bogey, y cuando falló el green en el 17 parecía que se le venía la noche, pero allí si volvió la magia alrededor del green, salvó el par y llegó con uno de ventaja al hoyo final. En el green del 18 estaba Mcilroy con una chance de birdie, que como todo el día no pudo concretar. El irlandés volvió a sufrir lo mismo que padeció en St.Andrews el año pasado. Perfecto o casi de tee a green, pero no pudo embocar ni un solo putt. Podés pegar muy largo, muy derecho y acertar greens, pero no podés ganar el ultimo día sin embocar. Un solo birdie el domingo con dos putts en el 1 fue todo lo que hizo McIlroy el día final. Es cierto que al final del año el que mejor pega más alto termina en el ranking, pero si tomamos cada semana en forma individual veremos que el que no emboca tiene chances nulas de levantar el trofeo. McIlroy y Scheffler pueden dar fe de esto.

Todavía tenía que hacer par el 18 para ganar y pegó 4 golpes perfectos Clark para ganar, en especial el primer putt que era de 18 metros y la dejó totalmente dada.

Del resto poco hay para decir. Fowler no fue el mismo de los primeros días, Schauffele desapareció luego del triple en el 10, Johnson estuvo peleado con el putter los últimos tres días y el resto quedó muy lejos. Un dato curioso es que de los últimos 4 grupos ninguno de los 8 jugadores pudo bajar el par el domingo.

Pasó otro US Open y un nuevo nombre aparece en el golf mundial. Uno que pega muy bien y largo, que supo resolver las situaciones complicadas, que pudo haberlo perdido en la mitad de la ronda, pero que tuvo lo que tienen los campeones en algún momento del día final: temple, coraje y algo de suerte.

El US Open volverá a Los Ángeles Country Club en 2039. Supongo que los fairways serán más angostos.