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Bobby Locke, un alma olvidada

Bobby Locke, un alma olvidada

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Hay algunos jugadores a los cuales la historia no les ha guardado el lugar que se merecen. Quizás quien más haya sufrido esto sea Billy Casper. Ganador de 3 majors y 63 torneos en el PGA Tour, Casper siempre estuvo por fuera del Big 3 (Palmer/Nicklaus/Player) y quizás por esto sea la falta de reconocimiento a su extraordinaria carrera.

El sudafricano Bobby Locke es otra de esas almas olvidadas.

Locke nació en Sudáfrica un 20 de noviembre de 1917 y desde chico demostró gran habilidad para el golf. Hijo único, como muchos de los grandes golfistas de la historia, Locke terminó la escuela secundaria en 1934 y de inmediato comenzó su carrera.

Un año más tarde ganó el primero de sus 9 South African Open al anotar 296 golpes en Parkview Golf Club, en Johannesburg. En 1936 jugó por primera vez The Open y fue el Low Amateur en el campeonato que justamente se jugó en Royal Liverpool. Su total de 294 golpes lo ubicó en el octavo lugar del campeonato a siete del ganador Alf Padgham.

Pasó al profesionalismo en 1938, pero enseguida la Segunda Guerra Mundial interrumpió su carrera.

La vuelta del Open se produjo al año siguiente de terminado el conflicto bélico y St.Andrews fue la sede del campeonato. Sam Snead sobrevivió a uno de los días más difíciles en la historia del campeonato y con rondas de 74 y 75 ganó por 4 sobre Locke. Por aquellos días las grandes figuras vivían de los partidos y exhibiciones que hacían alrededor del mundo. Snead fue invitado a pasar casi un mes en Sudáfrica a comienzos de 1947 para jugar una serie de matches frente a Locke. Fueron en total 22 partidos en donde el estadounidense ganó 2, empató 2 y su rival se quedó con los otros 18. Al terminar la gira Snead dijo que jamás había visto a nadie embocar lo que embocaba Bobby Locke.

Ese mismo año Locke decidió probar suerte en el PGA Tour. Por aquellos días el tour era un lugar bastante hostil para los extranjeros y había muchas restricciones para ellos, pero Locke no tardó en dejar su marca.

En esa primera temporada ganó 6 torneos, 4 en el lapso de 5 semanas, para terminar segundo en la lista de dinero detrás de Jimmy Demaret. Al año siguiente volvió a Estados Unidos y ganó en 5 oportunidades.

El final de Locke en América llegó en 1949 cuando fue suspendido por el tour debido a una serie de incumplimientos para con torneos a los cuales se había comprometido a asistir. La historia fue que Locke ganó el Open ese año por primera vez y decidió quedarse a jugar exhibiciones en Europa y Sudáfrica en lugar de regresar a Estados Unidos, pero la verdad fue otra y Claude Harmon lo dijo con toda claridad. El padre de Butch Harmon y ganador del Masters en 1949 declaró años más tarde: “Locke era demasiado bueno. Tenían que suspenderlo”, dejando en claro que a los estadounidenses no les gustaba nada que alguien de afuera viniera a su tour y les ganara seguido.

Bobby Locke ganó The Open en 4 oportunidades y las primeras tres en un lapso de 4 años. Su primer triunfo llegó en 1949. En aquellos días el torneo se decidía con 36 hoyos en la jornada final y tanto Locke como Harry Bradshaw anotaron 68 golpes para quedar igualados en la punta. Al día siguiente el playoff a 36 hoyos fue cómodamente ganado por Locke (67-68) con 12 de ventaja sobre Bradshaw (74-73).

Al año siguiente Locke se transformó en el primer jugador en defender el título desde que Walter Hagen lo hiciera en 1929. Sus rondas de 69-72-70-68 fueron suficientes para derrotar a Roberto De Vicenzo por 2 golpes.

Royal Lytham & St.Annes fue la sede en 1952 y Locke estuvo a punto de ser descalificado por no llegar a tiempo al tee el día final para la tercera ronda. Locke guardaba su auto en un garage muy cerca de su hotel y los palos estaban en el baúl. Ese sábado se despertó bien temprano y cuando llegó al garage para buscar su auto se dio cuenta que estaba cerrado y que el dueño del lugar no estaba. Tuvo suerte que un repartidor de leche pasaba justo por allí y dado que conocía al dueño del lugar, llevó a Locke hasta la casa. El sudafricano llegó con el tiempo justo al club para cambiarse los zapatos y pinchar el tee en el 1. Su total de 287 golpes lo dejaron como líder en el club house y solo un joven australiano llamado Peter Thomson podía alcanzarlo. El birdie final de Thompson no le alcanzó y quedó segundo a un golpe de Locke. Por los siguientes 7 años Thomson nunca terminó peor que segundo en el Open, pero la del fenomenal australiano será otra historia.

La última victoria de Locke en el Open llegó en St.Andrews en 1957 y fue con un final controvertido. Su total de 279 le dio la victoria por 3 sobre Thomson, pero el drama llegó minutos después de la ceremonia de entrega de premios. La R&A recibió un film en donde se veía claramente que quien jugaba con Locke le pedía que moviera su moneda en el green del hoyo final. Hasta ahí todo bien, pero el problema llegó cuando también el film muestra que Locke no había repuesto la moneda en el lugar original. La R&A decidió que “por equidad y respetando el espíritu del juego” no se le impondría ninguna multa al sudafricano

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Un par de años más tarde Bobby Locke sufrió un brutal accidente automovilístico que terminó con su carrera. En 1977 fue incluido en el World Golf Hall of Fame. Falleció un 9 de marzo de 1987 a la edad de 69 años.

Un jugador de putt como dicen que no hubo otro. Gary Player, quien jugó con Locke innumerable cantidad de rondas dice siempre: “no importa quien sea, jamás nadie jugará el putt como Locke”. Dueño de un estilo muy particular, Locke sacaba el putter bien para adentro y pegaba a la pelota produciéndole un efecto muy particular. La historia cuenta que aprendió eso viendo a Walter Hagen, aunque otros aseguran que era una técnica que le permitía jugar mucho mejor que los demás en los ásperos greens de bermuda de la época. Locke era un pegador corto, muy preciso desde el tee (en 1950 solo falló dos fairways en Troon cuando ganó el Open), pegaba todos los golpes con un draw que casi parecía un hook y era extremadamente lento para jugar. La leyenda dice que lo hacía a propósito para sacar de ritmo a sus rivales y que ese fue uno de los motivos por los que los americanos pidieron que lo suspendieran del tour.

Sea como sea Bobby Locke es uno de esos nombres a los que la historia no le ha dado el lugar que se merece. Su atuendo con knickers y zapatos blancos impecablemente lustrados eran una marca registrada. Tanto como su putter. Casi tanto como un récord increíble en su carrera en el golf.

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