FOTO: CHANNING BENJAMIN
Por: Javier Pintos
Travel Consultant | Top 100 Golf Courses
Te ayudo a diseñar tu próximo viaje de golf, click aquí
—————————–
Hace 5 años conocí a Bob y jugamos juntos en el GC Argentino y en Punta Carretas. Desde el minuto cero hubo buena química golfística, coincidíamos en nuestras ideas y pasiones por lo que jugar con el, de la edad de mi padre, fue extremadamente divertido y aprendí mucho del golf privado en USA. Socio de Gulph Mills (Donald Ross), Philly Cricket (Tillinghast) y LACC (George Thomas) me ofreció ir a todas cuando quisiera. En 2021 armé un viaje a las de Philadelphia y el bendito Covid no me dejó viajar desde España, pero mis amigos pudieron experimentar ambas joyas del este de USA. Aun sin haberlo visto desde 2019 siempre estuve en contacto con el y debo reconocer que poco sabia de LACC North en 2018, pero cada tanto me mandaba updates, fotos, notas y todo lo que pudiera para que si llegado el US Open no había tenido chances de ir, al menos saber todo lo posible de la cancha que es desconocida para casi todos.
Meses más tarde de no poder ir a USA en 2021 se confirmó un viaje a Pebble y en ese instante decidí extender e ir a Los Ángeles. Apenas se enteró me dijo que me esperaba. “You’ll enjoy 3 full days on the US Open host”, fue el mensaje que me mando, y terminada la gira con amigos manejé solo hasta LA para encontrarme con una de las mejores y mayores sorpresas de mis visitas a canchas catalogadas como “Top 100 del Mundo”. Llegué la noche anterior y debo confesar que había ansiedad por ver cuan espectacular era y todo lo que me imaginé fue poco. Es bueno contar que Bob, residente en Philadelphia, ¡estaba ahí yendo al US Open de tenis todos los días (fue gran jugador y sigue siendo fanático) y se tomó un avión a LA solo para hacerme jugar LACC … no puedo estar más agradecido! Llegue esa mañana al club, un rato antes que el, que volaba desde JFK, pero dejó anotado mi nombre y no puedo explicar lo que fue la bienvenida: mi propio locker, un buen almuerzo viendo TV en el bar de los socios, tour por el inmaculado club house y esperar ese abrazo que fue como con un padre. ¡Su caddie mexicano le dice “Papi” y obviamente se me pegó el sobrenombre desde ahí! Debo aclarar que el club es “no shorts” por lo que no fue nada fácil caminar 36 hoyos con pantalones largos en 40C …
El tour en LA incluyó un primer día en LACC North, al día siguiente Riviera a la mañana (sí, hice 6 en el 10 con un buen drive) más LACC South a la tarde (muy buena, pero bastante menos exigente que su hermana mayor) y un día final en LACC North desde 7200yds con almuerzo. Me senté en una mesa donde entrevistaban a un conocido coach de college para ver cómo y qué hacer en el club con el desarrollo de Juniors y amateurs con ganas de dar un salto. Una de las noches fuimos a un restaurant en la mejor parte de Beverly Hills donde había varios paparazis de guardia (¡no por nosotros, seguro!) y donde en la puerta los autos estacionados competían para ver quien llegaba de 0 a 100 kmh en menos tiempo!
Pero vamos a la cancha, restaurada hace unos años por Gil Hanse y a la que pongo en la categoría de monstruo muy cerca de Oakmont, LACC tiene fairways un tanto más generosos que la cancha en donde gano Cabrera. Greens grandes, con muchísimo movimiento, muy muy muy larga y con un montón de glamour alrededor de la cancha. Debo decir que el contraste del verde de la cancha con los altos edificios cercanos y el centro financiero a la distancia dan unas imágenes que nada tienen que envidiarle a canchas donde el mar, dunas o montañas le dan un gran paisaje. Este es diferente, menos natural pero para nada menos espectacular.
Vamos a destacar los hoyos “diferentes”, quizás fuera de los estándares “normales” del diseño y arquitectura actual:
- El 1 es un hoyo derecho sin nada especial más que un difícil green y se jugara como par 5. Digo esto por que existía la posibilidad de hacerlo par 4
- El 4 es un largo par 3 que merodea las 250yds desde el fondo a un muy difícil green, con la mansión de Lionel Richie a la derecha. Dicen que el JP Morgan pagó una cifra astronómica por el alquiler de la misma la semana del Open.
- El 6 es un par 4 corto en el cual diría que todo el field puede llegar con el golpe de salida al green, pero este no se ve desde el tee. Un bunker frontal más un green pequeño y problemas a los 4 costados haran muy poco probable ver un putt para águila esa semana
- El 7 es otro animal de 284yds que tiene otro tee para jugarlo de 320 yds. No creo que vayan a usar este ultimo tee, pero les aseguro que incluso tirando a buena el hoyo no es fácil
- El 8 es un gran par 5 con un arroyo que cruza y donde los más largos podrán ir por la derecha y llegar a la segunda parte, pero el riesgo si sale mal es perder la pelota y volver a tirar desde el tee.
- Me animo a decir que el 11 va a ser el par 3 más difícil de la cancha (¡hasta que lleguemos al 15!) … 290yds cuesta abajo, gran bunker a la derecha y caída a la izquierda con la mejor foto de los edificios desde el tee.
- El 13 par 4 con una gran subida que solo podrán escalar los muy largos y luego el segundo tiro cuesta arriba no es nada sencillo. Al fondo del green está la mansión de Hugh Hefner (sí, esa!) por lo que si alguno viene perdido quizás se escape en ese hoyo! La nota es que al lado de esa casa está la de la Esposa de Hefner, para asegurarse llegar sano y salvo a casa.
- El 15 tiene 120yds y en la Walker Cup lo llegaron a jugar de 95 yds y se vieron bogeys y dobles casi más que en los otros pares 3 … el green más diabólico de la cancha y todo lo que esté largo y a la izquierda del hoyo será el putt de mayor velocidad de la vuelta.
- Hay un corto “Forgotten 17th” a la derecha del green del 17 que fue eliminado porque no había forma de parar la pelota en el green. Se lo usa como desempate o diversión. Sí, tire un tiro y la “dejé” en el Green … pero mientras caminaba a buscarla decidió no quedarse quieta y volverse al fringe!
Increíblemente el 18 no tiene nada de especial como hoyo más que ser un par 4 largo y difícil con el espectacular club house de fondo. Lejos de ser el mejor hoyo, diría que es uno de los que menos me gustó. Pero después de 2 vueltas y 3 días como “socio” diría que la cancha me pareció espectacular y espero verla desafiar a los mejores casi tanto como mis veneradas Oakmont o Winged Foot. Y cuando un socio como Bob te trata como a un hijo la experiencia es aún más inolvidable, a veces cuesta creer la suerte que tuve de que el destino nos cruzarla en Buenos Aires.