Alguna vez me habrán leído o escuchado decir que para mí, la cancha del Olivos Golf Club, es el test de golf más completo que hay en Argentina. Tal vez Chapelco Golf esté cerca, pero quizás por los muchos buenos momentos que pasé en Olivos, hagan que me incline por ésta.
Si empezamos a analizar el trazado vamos a darnos cuenta de que no es muy larga para las distancias que pegan estos jugadores, y entonces se preguntarán porqué es tan desafiante. La respuesta es sencilla si uno jugó en Olivos muchas veces y difícil para quien no la conozca.
Lo primero que hay que entender es que la cancha no tiene ni un solo hoyo recto y que además no hay dos hoyos seguidos que doblen para el mismo lado. Esto pone a prueba la habilidad del jugador en dos aspectos. El primero es que un jugador que no maneje los dos efectos no estará cómodo en la cancha, y el segundo es la estrategia ya que no siempre será driver desde el tee.
He jugado en Olivos desde hace más de 40 años y he visto la evolución de la cancha. Una evolución que ha sido positiva en todos los aspectos y que fue encarada por un dirigente como hubo pocos en Argentina. Ivar Brostrom fue primero capitán del club y luego presidente de la Asociación Argentina de Golf. Bajo sus funciones como presidente se abrió el primer driving range del país, se automatizó el sistema de hándicap, se logró que Argentina fuera elegida para traducir las reglas de golf al español por primera vez, se profesionalizó buena parte de la AAG y se organizó el golf cuando tuvo la brillante idea de hacer que Victor Zemborain se pusiera al frente de esa área. También Brostrom fue el encargado de empezar a modernizar la cancha de Olivos y allí de a poco aparecieron muchos de los greens que vemos hoy. Pocos tendrán el recuerdo de los viejos greens del 1, 3, 11, 14 y 17, pero todos podemos disfrutar hoy de los nuevos dibujos, mucho más modernos y desafiantes que los anteriores (el del 14 para mi es uno de los mejores de la cancha).
Toda esa evolución que transformó a Olivos en lo que es hoy ayudó a que la cancha fuera elegida para ser sede del Abierto en muchas ocasiones y también para el Campeonato Mundial de Aficionados que se jugó en 2010.
Todos los jugadores elogiaron la cancha y hablaron de las dificultades que presentaba el trazado. Estos problemas empiezan en el tee de salida con la elección del palo. Una vez tomada la decisión, el golpe tiene que ser preciso porque el más mínimo error te mete debajo de los árboles, desde donde no siempre es fácil llegar al green. Si se comete algún error con el golpe de salida, después salvar los pares será una tarea ardua por el movimiento de los greens. Es cierto que en marzo estos no estarán todo lo firmes que podrían estar en diciembre y que además el PGA Tour no juega con greens muy rápidos, pero los errores se pagarán caros cuando se falle desde el tee.
Los par-3 son de buenos a muy buenos para mi gusto y el 10 ha sido siempre mi favorito. Cada vez que me tocaba jugar el Abierto allí rogaba que no me tocara por el 10 el día que jugaba temprano. Llegar a ese tee de salida a las 8 de la mañana y tener un hierro medio/largo es una pesadilla por que el fuera de límite está muy cerca por la izquierda, y porque además si no aciertas el lado del green donde está la bandera, las chances de hacer tres putts son altas.
El 4 y el 17 son bien exigentes, sobre todo este último por lo pequeño del green y por qué un error allí puede costar el campeonato. Para mi gusto el hoyo se hizo mucho mejor cuando eliminaron los dos pot bunkers de la izquierda e hicieron un solo bunker más grande.
El hoyo que distingue a Olivos es sin dudas el 15 y lo es porque el golpe al green es de una belleza difícil de igualar en Argentina. Ya se juegue como par 4 o par 5, el golpe de salida se ha dificultado mucho con el nuevo tee de salida. El hoyo dobla a la derecha y cuanto más por la derecha del fairway quede el golpe de salida más corto será el tiro al green, pero también será más grande la posibilidad de meterse en el monte o de quedar tapado por un grupo de árboles que están cerca del green.
Una vez en el fairway el tiro es hacia abajo, con el agua custodiando el centro y la parte derecha del green. Este está rodeado de tres bunkers y tiene bastante pendiente del fondo hacia adelante.
El final te pone a prueba con el par-4 del 16 que dobla bastante a la izquierda y que con el nuevo tee de salida ha hecho que vuelva a ser un gran desafío el golpe de salida. Ya hablamos del par-3 del 17, pero no dijimos que desde el fondo del tee y con la bandera al fondo el hoyo mide casi 230 yardas. El recorrido cierra con un par-5 sencillo para los profesionales, pero que otra vez te obliga a acertar el fairway si quieres tirar en dos al green.
Si van a ir a ver el campeonato y es la primera vez que visitan Olivos, les recomiendo caminarla entera un día con algún grupo que les divierta, y después sí elegir los lugares que más les guste para disfrutar de una formidable cancha de golf.
Tengo un especial cariño por el club y muchísimos amigos de años que hacen que cada vez que vaya me sienta como en casa. Me alegra que el primer Korn Ferry Tour sea en Olivos. Un club y una cancha que me traen muy buenos recuerdos.