Por: Jano Wuille Bille
Director USA & Caribe | We Golf
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Siempre me preguntaba que era lo que hacía tan fanáticos a los fanáticos del golf. Veía gente obsesionada que cuando se juntaban con otros golfistas solo podían hablar de golf aunque hubiera gente que no lo practicara.
Una respuesta que me dieron una vez, fue quizás la que mejor me hizo entender porqué. El golf es el único deporte con pelota, que se juega con la pelota “quieta”. Fútbol, Tenis, Hockey, Basquet… todos, todos los demás, se juega con la pelota en movimiento. Y generalmente requiere una reacción a una pelota que está en movimiento. El mejor ejemplo es la recepción de un saque de tenis. Y la capacidad de reacción genera distintas destrezas que hacen que un buen jugador no pueda competir con uno malo y viceversa. O que los mejores, rara vez o nunca son vencidos por los peores de la competencia.
Que la pelota esté absolutamente quieta, y que de pronto uno logre pegarle y que la bola responda como uno quiere es una sensación única. Y que al siguiente intento uno no le pueda dar a esa bola, no solo es frustrante, sino inaceptable. Eso mismo genera una adicción difícil de explicar. Quizá se pueda entender con los juegos de teléfono o videojuegos en los que uno tenía que pasar niveles y que solo dependía de uno y de cuanto practicara. Era sabido que esos juegos los creaban adictivos. El golf no fue creado para eso. Pero la pelota quieta genera esa adicción. Que, en este caso, puedo decir que tiene todo de positivo. Ya que tiene características que no tiene ningún otro deporte.
Las reglas son pocas, pero las canchas todas distintas y se aplican las mismas reglas. No hay casi árbitros (salvo en la alta competencia) y los jugadores se auto regulan. Y aunque haya excepciones, la gran mayoría se cobra cualquier penalidad sin necesidad que lo controlen. Y lo mejor de todo, es que pueden competir o jugar juntos, jugadores de niveles absolutamente dispares. Ya que cada uno juega su bola. Aquí no hay que devolverle el saque a Tiger o Rory. Tiger juega su bola y yo la mía. Y podemos compartir una vuelta de golf. Al tenis sería imposible.
Una contra que dicen que tiene, es que es muy individualista. Y no se puede discutir. Es el único juego con bola, que puedo jugar solo!. Puedo competir jugando solo. Y generalmente se juega compitiendo por uno mismo. Los grandes torneos del mundo son individuales. Es un deporte individual en su esencia. Pero… (siempre hay un pero) jugarlo en equipo… wow! Que generaría?
Como dije antes, las grandes competencias son individuales y los jugadores que compiten en cualquier nivel, ya sea profesional o amateur, sufren nervios al estar compitiendo por cosas importantes como todos los deportistas. Y más en este deporte que hay que controlar más los nervios, porque como dijimos al principio… ¡la bola está quieta! Y solo depende de nosotros. Ahora, si nos va mal, también solo pierde el individuo. Y listo. Uno se frustra, lo supera, y después vuelve.
¿Ahora, si de repente tu juego define que un equipo de tu club gane o pierda una competencia? Uhhh, eso es otra cosa. Pararse en el tee del 1 liderando un torneo importante, genera nervios. ¿Pero pararse en el tee del 1 y que tu juego pueda definir el resultado de un equipo de tu club? Eso es algo absolutamente diferente.
Imaginensé los que han quizá armado una competencia entre amigos tipo Ryder. Tirar el putt para no perder el partido, genera mucha más adrenalina de lo normal. ¿Y si el equipo es de tu club? ¿Contra otro club? ¡Más todavía!
¿Y una competencia de clubes a nivel nacional? ¡Wow! ¡No se los puedo explicar!
Argentina tiene una competencia interclubes a nivel nacional tremenda. Hay diferentes categorías. 7 categorías diferentes y podría haber más!. Y en cada categoría hay 9 equipos. Que compiten entre sí y van ascendiendo y descendiendo como en el fútbol. Todas las categorías son sin hándicap, es decir compiten los mejores de cada club. Y entrar al equipo de interclubes de tu club, es un honor y privilegio muy importante. Hay clubes donde se hacen competencias y rankings anuales para poder definir el “equipo”. Inclusive genera a veces rispideces entre los socios de un mismo club por la formación de esos equipos.
Ahora, cuando ingresaste al equipo, y tienes que representar a tu club por primera vez… te paras en el tee del hoyo 1, y te aseguro que sentirás un temblor en las piernas que nunca te imaginaste que un juego podría generar. Y encima tienes delante de ti, esa bola que está quieta y tu ruegas… “por favor pegale bien”
Imagínense lo que genera jugar en equipo por tu club, que se hacen competencias anuales para poder integrarlo. Y eso es lo maravilloso. El juego en equipo es un tremendo promotor y motivador para jugar al golf.
Ahora, pensemos esto a nivel continental. ¿Jugar y representar a tu país en equipo? Eso sí que genera temor y adrenalina.
En Sudamérica tenemos el privilegio de tener la Copa Andes. Un campeonato sudamericano por equipos. No existe nada mejor y es una competencia admirada en el mundo!
A nivel profesional, podemos ver lo que generan la Ryder Cup, La Presidents Cup o la Solheim misma. Son torneos que los jugadores se mueren por estar y no les pagan. La competencia en equipo es lo que los alienta. Y los apasiona como nada!
Por mucha más competencia en equipos!!!
