Santiago de la Fuente tenía unos 3 años cuando tomó por primera vez un palo de golf. Aprendió el juego de su padre, Gerardo, un hombre al que describe como “el mejor hándicap 35 que jamás hayas visto” y quien fue su único maestro hasta mediados de su adolescencia.
“Para ser honesto, no sé cómo lo hizo”, dice Santiago. “Dijo que leyó un libro sobre Tiger y así fue como entendió qué hacer. Pero no lo sé”.
Santiago creció jugando en un club semiprivado en su ciudad natal de Ocotlán, México, que estaba cerca de una fábrica.“No voy a mentir”, dice. “Fue el peor campo de golf en el que he jugado en mi vida. Pero era un desafío”.
Empujado por la competencia diaria con su hermano mayor, Diego, que tenía un juego corto “irreal”, Santiago comenzó a jugar torneos cuando tenía 9 años. Sin embargo, no tuvo entrenador, ni siquiera un juego completo de palos hasta que llegó a la escuela secundaria, y Paco Saracho vio algo en su juego.
Ahora Santiago, que aprendió inglés viendo “Friends” para poder jugar golf universitario en Estados Unidos, es el actual campeón del Latin America Amateur Championship (LAAC). El jugador de la Universidad de Houston juega esta semana en el Mexico Open at Vidanta por segunda vez, y tiene exenciones al Masters, US Open y Open Championship gracias a su victoria en el LAAC que se jugó en Panamá.
Los empresarios mexicanos Ricardo y Benjamín Salinas quieren asegurarse de que más jugadores como Santiago puedan hacer realidad sus sueños. Se asociaron con el PGA TOUR en 2017 para ayudar a hacer crecer el juego en América Latina y el año pasado lanzaron Alto Rendimiento Azteca (ARA), un programa de desarrollo de jugadores para golfistas de élite.
A un nivel inferior, los Salinas también apoyan el First Tee y en Vallarta hay dos escuelas cuyos niños asistieron a una clínica este martes en el campo del Mexico Open at Vidanta.
Santiago es uno de los primeros nueve latinos (siete hombres y dos mujeres) fichados por ARA. Tendrán acceso a tutores, entrenadores e instructores de golf como Andrés Echavarría, cuyo hermano Nico juega en el PGA TOUR. Además del personal de apoyo, los miembros de ARA también recibirán vestimenta y acceso a torneos internacionales.
Santiago dice que unirse a ARA es “algo obvio”.”Significa mucho tener un gran equipo apoyándote”, explica. “Es todo. Tener un entrenador, un nutricionista, un psicólogo, entrenadores, gente en la que puedes confiar, simplemente tienes que pensar en jugar.
“Va a ayudar a hacer crecer el juego en América Latina, no sólo para los mexicanos. Es para toda América Latina”.
Cuando Santiago era joven, quería emular la habilidad de Rory McIlroy para golpear la pelota, el juego corto de Jordan Spieth y la determinación de Woods. Ahora, el joven de 22 años es el jugador de mayor edad en el equipo ARA y se toma en serio su papel de ser el más experimentado.
“Quiero ayudar lo más que pueda y espero que los niños puedan mirarme como si fuera una referencia para ellos”, dice Santiago. “… Esa es la mejor parte: disfrutar viendo a estos muchachos mejorar cada vez más porque cuando tienen 17, 18 años, mejoran muy rápido.
“Y poder contarles qué cosas y qué experiencias tuve y cómo aprendí la lección para que puedan evitarlo, es lo siguiente. No sé ni cómo explicarlo. Simplemente poder ayudar a otras personas.
“Es un gran proyecto. Simplemente estoy agradecido de ser parte de esto”.

Santiago también agradece el apoyo de su familia, así como de Saracho, quien aún no le ha cobrado una lección. Lo mismo ocurrió con la junta directiva del Atlas Country Club, ubicado a unos 45 minutos de Ocotlán, quienes lo dejaron jugar gratis luego de que su club natal estuvo a punto de cerrar.
“Todos quieren ayudarte desde la gente del vestuario hasta los camareros”, dice. “Son muy serviciales”.
Ver a amigos viajar a los Estados Unidos para jugar golf universitario fue fundamental para Santiago. “Pensé, vaya, puedes ir a la universidad gratis y luego jugar torneos gratis y simplemente hacer lo que más te guste”, recuerda.
Después de dos años en Arkansas Tech, donde jugó en el equipo que ganó el título nacional de la División II de la NCAA, Santiago obtuvo una beca para Houston. La temporada pasada, obtuvo fue All-America, la primera para los Cougars desde 2016, y registró promedio de score más bajo del equipo con 70,71 con 26 rondas de par o mejor, 13 de las cuales estuvieron en los 60. Ocupa el puesto 38º en la última clasificación del PGA TOUR U.
El Latin America Amateur Championship fue fundamental en la carrera de Santiago, no solo por las invitaciones a tres de los cuatro majors, también por jugar por segunda vez el Mexico Open.
Santiago sabe que será “estresante”, pero llama a esta oportunidad “oro puro”. Pase lo que pase, es un paso más en el proceso.
“Intentaré disfrutarlo todo lo que pueda”, afirma.