La victoria en el Genesis Scottish Open para Robert McIntyre quedará para siempre en su memoria, no solo por hacerlo en su tierra, sino por haber embocado el putt en el hoyo final y más con el antecedente de haber quedado segundo el año pasado en un torneo que parecía que era suyo.
Rápido llegó la revancha para el escocés que mostró madurez, sin duda su año en el PGA TOUR, más haber jugado la Ryder Cup el año pasado, le dio herramientas para venir de atrás y llegar al hoyo final teniendo que embocar un putt de 8 metros para ganar y no dudó en hacerlo. El local superó por un golpe al australiano Adam Scott, quien luego de sus 67 golpes totalizaba 263 (-17) y esperaba en el club house.
La ovación y el festejo de McIntyre será recordado por muchos años. Hace 25 años que no ganaba un escocés el abierto de su país.
Pero no solo fue el putt final sino lo enfocado que se lo vio en el final del torneo, donde embocó para águila en el16, luego un buen par en el 17 y el final con birdie al 18. El hoyo 16 tuvo su costado fortuito ya que le permitieron dropear su bola en el rough por la presencia de una toma de agua que no se veía a simple vista, pero el escocés aprovechó y realizó un fantástico segundo tiro para dejarse la chance de águila que no iba a desaprovechar.
Es la segunda victoria de la temporada para McIntyre, quien debutó con un título en el RBC Canadian Open este año y ahora se suma a los grandes candidatos para The Open Championship, en Royal Troon, que comienza el próximo jueves.
Tercero fue el francés Romain Langasque a tres golpes de McIntyre tras una magnífica jornada con 64 golpes. Precedió a un grupo con los estadounidenses Collin Morikawa y Sahith Theegala, el surcoreano Sungjae Im, Rory McIlroy, el inglés Aaron Rai y el joven sueco Ludvig Aberg, que tuvo un domingo aciago y perdió el liderato para acabar cuarto empatado con 266, a cuatro del ganador.