por Chuah Choo Chiang
Brian Harman, el actual campeón del Open, cuenta una divertida historia de cómo él y otra ganador del PGA TOUR, Matt Every, cometieron un grave error de juicio con un joven golfista asiático hace más de una década. Por el contrario, Jack Nicklaus, poseedor de un récord de 18 majors, sabía que el mundo del golf tendría un regalo especial con el surgimiento de una estrella en ascenso.
Luego de compartir las dos primeras rondas del Sony Open de 2012 en Hawái junto con una de las varias exenciones de patrocinadores japoneses esa semana, la primera impresión de Harman fue similar a los pensamientos de Every: “No creo que este chico tenga algo especial”.
“Jugamos con el chico, lo vimos muy nervioso y había fotógrafos por todos lados. Falló un par desde el tee de salida y Matt y yo hicimos el comentario: no creo que este chico tengo “eso”, dijo Harman. “Estaba muy nervioso más allá de lo imaginable. Falló el corte. No jugó nada bien y pensamos que ese tipo nunca iba a llegar… era Hideki Matsuyama”.
Sí, el mismo Hideki Matsuyama, que ahora es el golfista más ganador de Asia en el PGA TOUR con nueve victorias en su carrera hasta la fecha (cuatro más que Harman y Every juntos) y orgulloso propietario de una chaqueta verde tras un triunfo histórico en el The Masters Tournament de 2021.
“Entonces Matt y yo bromeábamos sobre eso. Sí, creo que ahí no la vimos”, se reía Harman.
Esta semana se cumple el décimo aniversario de la primera victoria de Matsuyama en el PGA TOUR, en The Memorial Tournament presentado por Workday, un evento organizado por la leyenda del golf Jack Nicklaus. El octogenario todavía recuerda vívidamente la gloriosa marcha de Matsuyama hacia la victoria en Muirfield Village y al instante le gustó lo que vio.
“Cuando ganó, dije, él va a ganar muchos torneos de golf y algunos majors”, dijo Nicklaus. “Era un buen jugador antes de llegar aquí, obviamente, o sino no habría estado aquí. Lo sabía, todos lo sabíamos”, añadió la leyenda de 84 años sobre Matsuyama, que fue dos veces campeón del Asia-Pacific Amateur antes de convertirse en profesional.
Durante su mejor momento, Nicklaus, ganador de 73 victorias en el PGA TOUR, luchó contra los mejores golfistas japoneses, incluidos Isao Aoki, Jumbo Ozaki y Naomichi “Joe” Ozaki, pero califica a Matsuyama como el “mejor del grupo”. El Oso Dorado también se maravilla especialmente de cómo Matsuyama se ha establecido en Estados Unidos, a pesar de los desafíos del idioma, así como de las diferencias culturales y alimentarias.
“Es bastante difícil para alguien, especialmente viniendo de un país donde el idioma es difícil vivir y jugar aquí todo el año. Lo ha hecho muy bien, ganó el Masters y varios otros torneos”, dijo Nicklaus. “Va a ganar más majors. Es un jugador demasiado bueno”.
Desde su aparición en el torneo de Nicklaus hace exactamente 10 años, Matsuyama ha consolidado su estatura como el golfista más condecorado de Asia. Una impresionante victoria en el Genesis Invitational organizado por Tiger Woods en febrero, donde cerró con una ronda final de 62 en Riviera para superar un déficit de seis golpes y ganar por tres, rompió el empate de ser el asiático con más victorias con el coreano K.J. Choi con ocho títulos.
Hasta principios de mayo, Matsuyama, de 32 años, también había disfrutado de siete segundos puestos y la asombrosa cifra de 40 top- 5 en 254 salidas oficiales. Esto suma más de 50 millones de dólares en ganancias en su carrera, ubicándolo en el puesto 12º en la lista de ganancias de todos los tiempos en el PGA TOUR.
Después de recibir la responsabilidad de tomar a Matsuyama bajo su protección en la Presidents Cup de 2013, donde jugaron cuatro partidos juntos, el australiano Adam Scott se ha convertido en un admirador del éxito y la influencia de Matsuyama en el golf japonés. Scott, de 43 años y 14 veces ganador del PGA TOUR, también tuvo un asiento en primera fila cuando Matsuyama se impuso en Muirfield Village.
“Quería que gane tan pronto como me dije, Adam, hoy ya no vas a gana, cuando quedaban algunos hoyos por jugar. Tenía muchas ganas de ver a Hideki dar ese paso y ganar uno grande. Así que jugó muy bien en la recta final y lo logró. Era su momento”, recordó Scott.
El tiempo no se detuvo, ya que Matsuyama ganó dos veces en 2016 y otras dos en 2017, y ascendió al número 2 en el Ranking Mundial Oficial de Golf (OWGR). Las lesiones de espalda y cuello frenaron su marcha hasta que Matsuyama vio luz verde en Augusta National y ganó el trascendental Masters Tournament de 2021, convirtiéndose en el primer campeón masculino japonés de un major. Tal fue la magnitud del momento que el gobierno japonés utilizó su sistema de alerta nacional, habitualmente activado ante desastres naturales y avisos de emergencia, para enviar un aviso de felicitación después de que Matsuyama embocara su último putt.
Al igual que Tiger Woods, el ascenso de Matsuyama a la fama deportiva significó que cada golpe y paso dado en el campo de golf sea seguido muy de cerca por los medios japoneses, lo que Scott aprecia ante el peso de las expectativas que Matsuyama conlleva para una nación loca por el golf. “Ha manejado muy bien la gran presión que tiene en su país”, dijo Scott.
“Y aunque estoy seguro de que quiere lograr más, creo que sus logros son realmente fenomenales. Creo que su consistencia probablemente se pasa un poco por alto en estos días. Ha jugado muy bien estos primeros 10 años de su carrera y por supuesto ganar el Masters y ser el primer japonés en lograrlo es algo enorme. Hideki es una de las estrellas del deporte en Japón. Es alguien que mueve agujas y, como deberían, están muy orgullosos de él y de lo que está haciendo”.
Siempre hay un golpe de buena suerte y esta tiene que ver con el ascenso de Matsuyama en el ranking amateur. Cuando levantó el primero de sus dos títulos del Asia-Pacific Amateur Championship en 2010, inicialmente no formaba parte del equipo japonés, pero como el evento se celebraba en Saitama, al país anfitrión se le concedieron cuatro plazas adicionales que permitieron a Matsuyama asegurarse una lugar en el evento. “Tuve mucha suerte de recibir una de las invitaciones adicionales. Ganar el Asia-Pacific de 2010 me cambió la vida”, afirmó.
Los 62 golpes que disparó en el Genesis Invitational de este año no fueron su tarjeta más baja en una ronda final para ganar. En Firestone, en 2017, iluminó el campo de golf con una fiesta de birdies y un 61 que le permitió ganar su segundo título de los World Golf Championships, un momento que hizo que el medallista de oro de los Juegos Olímpicos de Tokio, Xander Schauffele, tomara nota del talento de Matsuyama.
“Creo que la primera vez que pensé, ‘Dios mío, este tipo es increíble’ fue cuando disparó 61 en Firestone. Recuerdo estar sentado allí con Austin (su caddie) y decir: Pensamos que 68 era una buena ronda. Pero él hizo 61. Simplemente trabaja duro, tiene un buen equipo a su alrededor, mantiene la cabeza gacha y soporta toda la presión y las expectativas y todas esas cosas que conlleva ser un jugador de primer nivel”, dijo Schauffele.
Si bien se prevé que Matsuyama aumente su colección de trofeos, el efecto de goteo en la cultura del golf japonesa, donde los jóvenes lo admiran como un “senpai” o mentor, ha ido cobrando impulso. Isao Aoki, el primer golfista japonés en ganar el PGA TOUR en 1983, anticipa que sus victorias inspiran una nueva era para el país, que ha visto el surgimiento de talentos emergentes como Ryo Hisatsune, Keita Nakajima, Taiga Semikawa y Takumi Kanaya. . “Es el comienzo de una nueva era y estoy seguro de que habrá muchos golfistas a quienes les gustaría seguir los pasos de Matsuyama”, predice Aoki.
Shigeki Maruyama, tres veces ganador del PGA TOUR, añadió: “Pude llegar al PGA TOUR porque vi a Aoki ganar el Abierto de Hawaii cuando era niño y quería ser como él. Ahora que Hideki ha ganado un major, estoy convencido de que uno de los golfistas jóvenes se convertirá algún día en el próximo campeón de major de Japón. Espero que Hideki consiga más victorias en el futuro, inspirando a los golfistas japoneses a soñar aún más. Creo que es capaz de ganar 10 o incluso 15 torneos”.
A pesar de la adoración y la fama, Matsuyama prefiere permanecer fuera del centro de atención cuando no muestra su tenacidad y talento desde dentro de las cuerdas intentando ganar torneos para traer gloria y honor a su país natal. Sigue siendo humilde en cuanto a sus éxitos y prefiere mirar hacia adelante. “Sólo quiero trabajar duro y jugar bien, en lugar de pensar en lo que he hecho”, dice Matsuyama. “Mi vida ha ido cambiando poco a poco después de estar 10 años en el TOUR. Quiero seguir trabajando duro otros 10 o 20 años más.
“Quiero trabajar duro para ganar más majors y sería fantástico si algún día pudiéramos competir con los jóvenes que están llegando por un campeonato”.
“Tengo suerte de que mi trabajo haya dado sus frutos, así que no hay secretos”.