En 124 años de historia el US Open tiene un vínculo especial con Latinoamérica no solo desde que Ángel Cabrera conquistó Oakmont en 2007, sino desde 1932 cuando José Jurado consiguió el primer top-10 de un latino en este campeonato.
La hazaña de Cabrera todavía no se pudo igualar, pero muchos de los 45 latinos que jugaron el US Open a través de su historia soñaron con levantar la ansiada copa.
Once países de Latinoamérica han sido representados a lo largo de la historia en este campeonato y hubo 7 top-10.
Argentina es quien más jugadores ha tenido (16), seguido de México (12) y Colombia (5), luego llegaron jugadores de Chile, Brasil, Puerto Rico, Paraguay, Perú, Costa Rica, Venezuela y El Salvador.
Más allá que muchos de nuestros representantes llegaron en los últimos años aprovechando lo democrático que se volvió el field gracias a sus numerosas clasificaciones, hubo una historia importante cuando el deporte recién estaba tomando impulso.
El primer jugador latino que llegó a un US Open fue José Jurado, quien en su única participación en 1932 terminó 6º. En Fresh Meadows CC, en las afueras de Nueva York, Jurado se mantuvo en la pelea hasta la tercera ronda, pero luego Gene Sarazen anotó una espectacular ronda final de 66 golpes y ganó por tres golpes. Fue el último major que jugó el padre del profesionalismo argentino, que en su rica historia consiguió top-10 en cuatro de los cinco majors que jugó.
El argentino Martín Pose (1940) y el brasileño Mario González (1941) anticiparon la llegada de Roberto De Vicenzo que fue uno de los precursores en los viajes a Estados Unidos. El Maestro jugó el primero de sus cinco US Open en 1951, siendo el 8º puesto en Inverness, en 1957 su mejor actuación.
Pero fue Chi-Chi Rodríguez quien tuvo gran protagonismo a lo largo de tres décadas (60-70-80’s), muchas veces siendo el único latino. El primer US Open del puertorriqueño fue en 1964, pero su primer top-10 fue en 1972 en Pebble Beach, donde quedó T9. Rodríguez tuvo otra actuación destacada en 1981, en Merion, donde terminó 6º, a siete golpes de David Graham.
Antes de que lleguen estos últimos años donde proliferaron las presencias latinas, México fue protagonista de varios US Open con nombres como los de César Sañudo, Víctor Regalado, Rafael Alarcón, Ernesto Acosta o Javier Sánchez. Entre ellos Sañudo también terminó 9º en 1972, en Pebble Beach.
Luego llegó el “Gato” Eduardo Romero quien jugó siete veces, con un 15º en 2003 como mejor actuación, el paraguayo Carlos Franco con cinco presencias, pero nadie con la historia de Ángel Cabrera.
El Pato tiene 18 presencias consecutivas desde el 2000 hasta el 2017, con 13 cortes superados. Además de su victoria en Oakmont, Cabrera tiene un top-10 más (7º en Southern Hills en 2001) y jugó las últimas dos veces que se jugó en Pinehurst. En 2005 terminó 33º, mientras que cuando ganó Martin Kaymer (2014) no superó el corte.
Además de Cabrera, el otro latino que jugó el último US Open en Pinehurst fue el colombiano Andrés Echavarría, quien entró por la clasificación y quedó fuera del corte por un golpe. Esta semana, su hermano Nicolás buscará revancha.